La Patrulla: Historia del Fanzine
domingo, 17 de julio de 2011
Pulsiones 4 Poesía Angustia Maldita
#/ Angustia / Poesía Maldita.
Cabellos Recortados
Perfume transpiración
Aire sin respiración
Morir en san Valentín
Vestidos telas suaves
Sudor frío excitación
Venus de Millo sin inspiración
Muerte a un libertino
Repentino sin curación
Silencio beso húmedo
Palpitación pecho corazón
Cardiorespiración sin razón
Abultamiento voluptuosidad
Esqueleto de pelo corto
Brazos compactados un solo hedor
Muerte sangrante Valentín
Lluvia que recorre tu maquillaje
Gotas de rímel eterno displacer
Olor a sexo prohibido
Los retazos de tela envidio
Solo una excusa más
Perfume perdura por días
No existe fragancia que lo borre
Ni disco duro que lo elimine.
Jonathan Víctor Agüero Cajal
Angustias Sub 20.
Helado derretido mancha ropa
Corteza de piel que se come
Cáscaras enfermas de pudor
Epitafios plagados de virus
Mugre espiritual se opone
Ayuno angustias en la panza
Desayuno asesinar mi yo
Sexualmente ambiguos
Entendemos al sexo opuesto
Opuestamente ambiguos
Merienda drogas Alicia en el país
De las Angustias Sub 20 vivís
Por culpa de la chica de
Corteza anoréxica
¿Cuándo fue la última vez?
¿Que diste las gracias?
¿Porque lo necesitabas de verdad?
¿Verdad te hablo a vos? Sabelo.
Jonathan Víctor Agüero Cajal
Virgen.
¿Será muy difícil volver al útero?
¿Qué tanto falta?
¿Para que asome el esqueleto?
Moriré
¿Por destrucción?
¿O Por autodestrucción?
¿Crecerán flores?
¿De mi putrefacto cadáver?
¿Moriré satisfecho?
¿O Sabiendo el hecho?
¿Viviré para contarlo?
¿O moriré por intentarlo?
Mis hijos
¿Comerán mis flores?
Las flores de mi cadáver
¿Conquistaran a una chica?
¿Las olerá un recién nacido?
Mis cenizas
¿Estarán al final del tiempo?
¿O el tiempo llegará antes?
Mi virginidad
¿La recuperaré después de muerto?
Ella ya es virgen,
Pero se que miente
Yo le llevo flores a su tumba
Y no sabes,
Muero que la recuerdo
Muero que se me aparezca
Muerdo la almohada
Muero, muerde, me muerde
Y nunca te dije, se me muere
Me muero que la extraño.
Jonathan Víctor Agüero Cajal
Pulsiones 4 ¿Qué dijiste qué?
#/ Verdad / ¿Qué dijiste qué?
¿Q |
ué dijiste qué? No te escuché porque los auriculares no dejaban de hacer fuerza sobre mis oídos, para que pudiera disparar (susurrando) alguna que otra palabra quizás incomprensible para mí, pero que para sujetos de vestimentas elegantes rostros cuadrados y blancos… muy pálidos significan mucho… MUCHO mas, porque esa melodía representa un antes y un después en la historia de este arte… ¿No? Es la cumbre del movimiento pop… y muy bien lo demostró. Igualmente a esta altura ya paso mucho tiempo… ¿Cuánto?

Nunca vieron la luz porque todo me sale mal. Simplemente por eso. Pero sin desviar mi atención, todavía rememoro aquel momento en el que escuché lo que decías (como suelo hacer), pero no por voluntad, sino por la mala suerte en todo. Porque quizás me acerco ¿Viste? Pero ¿Quién te dice que prosperaría? ¿Quién? No te quiera llenar la boca de preguntas (como pienso cada mañana), sino que es la curiosidad la que mato al gato, aquel que en su fonicidad no guarda ningún elemento que lo relacione con el objeto, porque fue al azar, fue arbitrario, como la vida que llevamos, porque nadie te dice “dale, flaco, quién querés ser?” Y no solo antes de dar tu primera patada al suelo para caer en brazos de nadie, eh? Sino durante toda tu vida. Porque sino para qué estas acá? ¿Pasa SER?
El ritual engalanizante, aquel que pocas veces resultó ¿Cuánto, 3 o 4 veces? Capaz nomás, aunque siempre está ese chillido agudo y ensordecedor que no te puede esquivar y te dá la patada que siempre quisiste sentir. Siempre termina así. Y muchos preguntaron, aquellos rostros familiares que sonrío al ver… una segunda familia? Pero sin padres, es decir huérfanos de la suerte!! Además, tampoco es fácil, no como dicen. Porque siempre me llevo la práctica, sabiendo la teoría. Que no son tan simples como las caras de una moneda. Aquellas monedas, sí, esas que tiro al aire para ver qué bondi me tomo, porque es cuestión de suerte, aunque vos no las necesitas!! Si esta a tu disposición!! Y pocas veces lo sos, tan poco como el tema de los Beatles que siempre paso… Bueno… casi… sácale 7 días ¿Y por qué lo paso? No sé, porque soy un inconformista y ya que puedo apretar el botón lo hago. Y además porque soy un vago, siempre lo fui.
Sergio Alejandro Sosa.
Pulsiones 4 Cuento Viejo Disco Noventoso
#/ Cuento / Viejo disco noventoso.
Un cuento fono erótico estético esotérico. Atención: es un cuento erótico, y por lo tanto hay escenas de verdades no explícitas.
A |
yer vino mi anti ciudadana uno y tuvimos libídine, un poco de género. Me bebió de las manos que denominan criollamente “ausencia” como una pendeja, como una impostora en sus términos. “esta vez vas a ver que sincera soy, una inconsciente”, ante un desafío de psicología inversa porst-suburbio paupérrimo de masas que apliqué. Sugestiona y verás me dijo Nietzsche en un sueño. Me hizo como se dice en la jerga rumiante un estropajo. Soy un inmoral? No me importa, todos hablan mal de uno siempre. Ella tiene los ojos verdes, la piel blanca como la emulsión y es medio castaña cascarabias. Cuando me hacia el denominado multicolor del alam me miraba con esos ojos de párvula y la atraía como si fuese una bebé que se hurta la espontaneidad, en sus palabras posteriores. Hacía emoticones con su labial. Se relamentaba como si estuviese comiendo un helado de su sabor predilecto, tortura. Es tan extraño asociar el sabor tortura y un helado con su cara de mediterránea auto insuficiente con las concavidades un poco híspidas (que a modo de gracia me exibía en confianza para hacer alarde de su humor contagioso), con sus pelos rizados, una falda cuadrillé, un retazo debajo de la mentira, redes de discípula carmesíes, una camisa que marcaba los valores pequeños, pero a la vez bastos como para una buena lágrima franca que todos mis adictos me incitaron a denominar en un diccionario histórico. Sos lo mejor que me pasó.

Ella decía de falsa santa nomás que es, “paulatinamente” “con pulcro”. Luego del tercer serrín, estábamos en el llamado lo que nos ata, nos desune. Me miraba como si fuese su estatuilla, Angustia, un gato negro de ojos verdes que rondaba por el cuarto. En vez de indicios ella tenía un lunar. Me miraba y agradaba mi pócima de letras. Decía que sabía a un libro con olor a frutilla en sus hojas, curiosamente. De Zapaquilda pasó a ser su podenca, Muerte, que estaba en celos. Observó y se puso a recortar muy suavemente haciendo silbidos ásperos como si estuviese cavilando un niño de los que siempre disipa cuando vamos a comprar cuentas pendientes para sus ojos. Pará, tomé unos mates en su casa y no tuve más remedio que zanjar en su fisonomía de infanta que me miraba con sus lagañas dilatadas. Tenía en su idioma mi hipocresía. Insultó muy poco, porque es obvio no les asincera, pero lo hacen de hostigadoras que son para complementar el triste acto provechoso de la raza humana símil a de nuestros parientes los políticos animales. Hizo de cuentas como si tuviese la pluma cargada de tinta y hacía como que caía humor de suspensión de su dialecto y gestaba como una punkie pop a lo Patti Smith. Tal como lo vió en una cinta, impúdica gorrina que me robó, por lo que me abofeteó. Yo nunca fui bueno en el juego de la mancha, eso creo. Todos dicen “yo siempre comulgué”. Yo no sé. Ellas o ella sabrán. Jamás a la incité a que escribiera, pero insistió, que es parte de olvidar un rato las penas capitalistas. Y yo, un hijo de punga, idiota preguntando “¿quién mató a la pintor?” hmmm sí. Diablos. Se recostó entre los abrigos azules un poco gastada por una lisonja económica que promocionaba el desafío de la blancura de su piel de retoño anoréxico. La ventana estaba cerrada pero el vidrio daba al acelerado octubre que amenza con entregar todo o renunciar a todos los papeles cotidianos, el de ciudadano, el de huelguista, el de pobre, el de burgués, el de marginado. Dos marginados fríos e incómodos y divertidos a la vez.

Podía haber estado al final de ese último estallo abrazado a ella a su rostro sonriente humedecido (y a propósito!). Fumar mirando el techo, su aparador lleno de tinturas, fotos familiares, fieras, discos de rock fangal (le hice escuchar Placebo y me dijo que le pareció a Green Day?). Le regalé uno de Arcade Fire que nunca escuchó y tuvo otro destinatario, así que no estaba encima de su grabador como sí lo estaba un disco de la Renga ; pero yo no fuí. Me quedé como sentado de cuchillas en la pequeña cama de una plaza con las manos en respaldo de la cama que da a los pies, ella sí fué. Recostada como toda adolescente adulta que tiene el privilegio de estar semi torcida en su almohadón de plumas de acero sin que la tilden de deambula. Es histórico. Al menos, eso me hicieron creer los demás ladrones de corazones, incluyendo los medios. Los medios esos no, los otros medios.
[Quiero leer un cuento de Horacio Quiroga, un Cuento de Amor, Locura y Muerte bajo luces de velas, en una noche fría de Mayo, en mi casa otoñal, esperando a que regrese la luz. Quiero besarte bajo la frazada de planchar, vestidos de época colonial, sentirme un niño que lee un cuento de suspenso y juega con las luces y sus sombras, mientras come una rica cena. Quiero besarte al cuello, por ternura, como mi otro yo. A veces también quisiera ser vos, para saber qué se siente. Te siento. Te deseo. Te deseo.]
Quería estar así como para tirarme a su parva, para comprenderla prefiero eso. Esa sensiblería barata en vez de abrazarla a la Chuck Norris , puesto que ese desgaste me permitiría recordarlo todo mientras pongo rec. en mi cabeza para luego, cuando me sentía solo y triste en el colectivo, viajar al paredón de la muerte. Escuchaba Pulp y los Strokes en un celular dado por la empresa de la compañía sin logo after de que me robaran en la esquina de mi casa dejándome el ojo morado. Es una de cal y una de arena. Si escribía un cuento tan cruelmente sutil las letras me iban a odiar, así que el universo hizo lo del ojo sangrando. El universo es sabio. Si tuve su vida en mis manos y que tanto deseaba, me hacía sentir culpa disfrutar la fresca de las hojas verdes de los árboles durante la madrugada. Alguien tenía que darme mi merecido. Y de hecho los árboles creen que somos unos carnales, tal vez tengan razón ¿Serán ellas las salvadoras del mañana? Sí. ¿Y quién nos acurrucará sin pedirlo? Me da miedo sentir que ya no existe el amor, cada vez que escucho el Mp3 se reproduce The Strokes y algún que otro tema de Pulp. Recuerdo esas tardes, esa tarde, me imito como un Jarvis Cocker y pienso, “me da miedo sentir que el amor ya no existe”.
Jonathan Víctor Agüero Cajal.
/ Guerra de Almohadas
Guerra de Almohadas (2010)
E |
l debut discográfico de esta banda creada en 2007 es posiblemente uno de las sorpresas indie más prometedoras de la temporada. “Guerra de Almohadas”, que representa el primer lanzamiento homónimo de la agrupación liderada por Tomas Stangaro en voces, es un disco que a simple sutileza puede calificarse como conceptual; la temática que rodea el disco: detalles y tópicos minimalistas encerrados en un packaging noventoso.

Con un sonido noise (influenciados por “My Bloody Valentine”), la arrogancia de los Stone Roses, una cuota de Primal Scream, pulsos instrumentales prolijos a lo Happy Mondays, 3 cucharadas de Television (banda estadounidense), 150 gramos de descaro y letras accesibles e identificantes, los Guerra De Almohadas están destinados a revitalizar el sonido de la década que marcó un hito en la historia del rock o dormir bajos los laureles del éxito ajeno. La primera posibilidad se avista más posible.
Hits: “Manchester” y “Futurama”
Por Sergio Alejandro Sosa
Pulsiones 4 Críticas Musicales The Strokes Angles
#/ Impresiones Melómanas.
/ The Strokes – Angles
E |
l indie rock está en crisis. El rock en nuestro país además de estar en crisis desde mediados de la última década, no sabe bien donde puta mirar para encontrar una buena cosmovisión para nutrirse o… imitar. Tanto es así que recién ahora, durante los últimos años el indie aterrizó en nuestras fronteras de la mano de un puñado de bandas como El Mató a un Policía Motorizado, 107 Faunos, Viva Elástico o los prometedores Guerra de Almohadas, con un disco que a diferencia de a lo a veces incomprensible que puede resultar la música de las bandas mencionadas, es amigable y simpaticona tanto para el oído del cultor de rock, como para el pibe esponja que escucha cualquier cosa.
Ya podemos firmar el acta de defunción de bandas “Grossas” del indie como Interpol, The Killers, The Arctic Monkeys, o Franz Ferdinand. Un humilde redactor espera y reza todas las noches para que no sea así, ¡dios no lo permita! Pero así parece, nuevamente los 00’ (como se decía de los 90’ ) pueden ser solo un destello de chicos sucios prolijos que usaban zapatillas converse con saco y corbata o… la leyenda puede continuar un polvito más. Oh casualmente la figurita más difícil e inicial del indie, los neoyorkinos The Strokes, parecían haberse cremado hace tres años nomás ¿y qué paso? Sacaron a la luz una nueva obra maestra: Angles. Extraño y da mucha bronca que últimamente los discos suelen ser tan opacos que dan pena, pero no. Este nuevo disco es la cachetada refrescante y efervescente que el indie necesitaba. Es la promesa de un “síganme no los voy a defraudar” risas y risotadas, pero es cierto.
Con respecto al “sacaron un nuevo álbum” lo podemos discutir, podemos detallar que no todos los miembros estaban tan entusiasmados en seguir con esta empresa. Su encrispado líder, Julian Casablancas mostró la hilacha de una vez por todas, para desterrar que no siempre la culpa la tiene el resto de la banda y yo, que soy el líder carismático y creativo, sufro por el futuro de mi bandita mimada. Según fuentes de una entrevista realizada para la célebre revista Los Inrockuptibles, Angles fue prácticamente compuesto sólo por el resto de la banda. Lo que un simple alejamiento significó “liberarse del ego de nuestro cantante” se capitalizó en el mejor proceso compositivo desde Is This It (2001), según los medios, retro rock: la salvación del rock.
Con sus 11 temas, entre ellos el hit instantáneo cosecha Is This It, Under Cover of Darkness, vuelven a las raíces pero actualizando el significado y valor de ser vintage. Es que sin ser empalagoso, se corresponde perfectamente con el contexto que inunda a toda banda en su época: un sonido espontáneo, fresco pero incierto, introspectivo pero con la arenga latente. Ah, me late, me late. Muchas críticas repitieron “es el mejor trabajo de su carrera”, ¿y por qué no estarlo de acuerdo? Solo me gustaría agregar la observación que siempre puede tener un amigo cerca: “sí es el mejor disco que hicieron hasta ahora, pero yo esperaba más”. El tiempo dirá, siempre que tengamos, ahora y en cuenta, que ya no hay un paréntesis de separación, sino una gran interrogación sobre qué hacer con un cantante que tiene demasiado ego.
Por Jonathan Víctor Agüero Cajal
jueves, 14 de julio de 2011
Anuncio de Pulsiones Fanzine: Muy Pronto Pulsiones Fanzine 5!!
Anuncio de Pulsiones Fanzine:
Muy Pronto Pulsiones Fanzine 5!!
Próximamente saldrá Pulsiones Fanzine 5 con un montón de novedades y formato nuevamente renovado!
Pulsiones Fanzine 5: Periodismo Indie.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)